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La web de la bici urbana madrilena - Buscamos “la foto que mueva a un millón de madrileños a usar la bici”.

miércoles, 13 de abril de 2011

Bicis de antaño. Matricular bicicletas

Esta fabulosa bicicleta me recuerda a la época que describe Miguel Delibes en su libro “Mi Querida Bicicleta ” 1988. De aquí el siguiente extracto donde se puede analizar que en otra época la bici en España era más chic, sin saberse que era chic.

Matricular bicicletas

“Mi bicicleta nunca fue matriculada y en consecuencia constituía una sabrosa presa para los sabuesos municipales. Y ¿por qué no matriculaba mi bicicleta y vivía tranquilo? ¡Ah! Esto formaba parte de la educación francesa de mi padre. Mi padre era enemigo de las tasas arbitrarias aunque fuesen menores. La arbitrariedad de la tasa la determinaba él naturalmente.[…] Aparte lo arbitrario de la tasa, mi padre alimentaba sobre el particular insensato punto de vista: un chico en bicicleta que se dejara prender por un hombre a pie era un tonto, se merecía la multa. Y, bien pensado, no le faltaba razón. Ante semejante filosofía, nuestro ciclismo, el de los ocho hermanos, no consistía tanto en pedalear como en escurrir el bulto, en tener el ojo abierto para descubrir a tiempo al guardia de la porra y no caer en sus manos. No era tarea sencilla porque hace medio siglo un agente municipal ponía tanto celo en agarrar a un ciclista sin matrícula como el que puede poner hoy en sorprender un coche aparcado en zona azul sin el tique de la ORA. De este modo, en la ciudad, el deporte de las dos ruedas sobre el ejercicio en sí, encerraba para un niño un singular atractivo: no dejarse cazar. Nos lanzábamos a tumba abierta en cuanto divisábamos un agente, doblábamos las esquinas como suicidas, de tal manera que cuando el guardia quería reaccionar ya estábamos a mil leguas. El riesgo estribaba en meterse uno en un callejón sin salida o adentrarse en una calle que tuviera un guardia en cada esquina. Si mal no recuerdo, en aquellos años los agentes urbanos usaban silbato y desde luego se ponían fuera de sí cada vez que un ciclista sin matrícula pasaba por su lado como una exhalación, afeitándoles. En esos casos, soplaban el pito y la presencia de otros guardias en las proximidades podía crear problemas. De modo que pedalear ojo avizor, eludiendo las asechanzas, era una actividad maravillosa que despabilaba a cualquiera ”

Mi Querida Bicicleta, Miguel Delibes.

¿Os imagináis si se volvieran a matricular las bicicletas en Madrid?, seguro que sería más difícil escaquearse de imprudencias. Algo inventarían con localizador GPS. Mejor me callo y no doy ideas :-/


4 comentarios:

  1. Buenos dias, me gustaria saber como entrar en contacto con los redactores del blog...
    Gracias, atentamente

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  2. Puedes contactar con nosotros a través de madridcyclechic@gmail.com

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  3. Buenos dias,

    Muchas gracias, le acabo de mandar un mail.

    Saludos

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